Partimos del principio de que las fuentes de alimentación pueden conectarse en serie. Para ello conectamos el terminal positivo de una fuente de alimentación con el negativo de otra y alimentamos nuestra carga entre los terminales libres. De esta forma tenemos una fuente de alimentación con tensión de salida igual a la suma de las tensiones de ambas fuentes e igual corriente a la de una fuente.
No obstante con la conexión básica existe el riesgo de que en el encendido una fuente arranque antes que la otra y pueda dañarla. Por eso sólo debemos usar el mismo modelo de fuente de alimentación en las conexiones en serie y además debemos proteger la salida de la fuente con diodos. El valor de los diodos debe ser igual a la suma de tensiones y proporcionar una corriente superior o igual a la de una fuente.
Ajustaremos ambas fuentes de alimentación con la misma tensión de salida mediante los potenciómetros incorporados en cada una de ellas.
Además, debemos tener otras consideraciones de seguridad importantes.
Ahora tenemos dos fuentes de alimentación en el sistema, por lo que las corrientes de fuga, emisiones EMC,…son más elevadas y aunque una fuente de alimentación pueda cumplir puede que ambas fuentes de alimentación juntas no pasen las certificaciones o tengamos que añadir filtros adicionales.
Tendremos en cuenta que si hemos conectado en serie las fuentes de alimentación y una falla tendremos un apagado completo del sistema (en una conexión en paralelo puede que la otra fuente de alimentación sea capaz de soportar la carga según las condiciones de fallo [corto en el secundario]).
Siempre es recomendable utilizar el menor número de fuentes de alimentación posibles y debemos revisar luego los posibles efectos negativos que tiene el utilizar varias fuentes de alimentación simultáneamente: compatibilidad electromagnética, eficiencia y seguridad eléctrica.
Sin duda, el punto más importante es la seguridad eléctrica. Las fuentes de alimentación están diseñadas con una separación entre pistas (distancias en el aire y líneas de fuga) acordes a su tensión de salida. Si conectamos en serie y la tensión de salida se incrementa puede que estas distancias no sean suficientes por lo que se puede provocar un arco en las pistas y dañar irremediablemente la fuente ya que muchos componentes utilizados en las fuentes de alimentación no están especificado ni diseñados para trabajar en altas tensiones de salida (especialmente los condensadores) por lo que pueden explotar o reducir su vida drásticamente.
Por otro lado, las pruebas de aislamiento se deben ensayar según la tensión de trabajo por lo que sería necesario pasar unas prueba de aislamiento al conjunto. Normalmente no es problemático conectar en serie cuando la tensión de salida final está por debajo de los 60Vdc ya que seguimos trabajando en baja tensión. Para tensiones de salida superiores a 60Vdc debemos tener especial cuidado ya que es una tensión peligrosa y muchos componentes y el diseño de la fuente de alimentación es muy probable que no esté preparado para ello. Esto puede suponer un riesgo eléctrico para el operario o persona que esté en contacto con el equipo.
Recomendamos siempre que sea posible utilizar una fuente de alimentación de la tensión de salida que necesitamos (diseñada, probada y ensayada para trabajar en esas condiciones). Como posible alternativa podemos hacer una conexión del punto central a tierra para reducir la tensión real de trabajo de las fuentes de alimentación.